miércoles, 3 de septiembre de 2014

Akenatón y Nefertiti. Hasta el Fin.

"Tú mano en mi mano
mi cuerpo tiembla de gozo
mi corazón está exaltado
porque caminamos juntos"

Este es un poema egipcio correspondiente al periodo del Imperio Nuevo (1550 a.C./1063 a.C.), traducido por Miriam Lichtheim, una mujer que se volcó en cuerpo y alma en traducir textos del Antiguo Egipto. Los habitantes del territorio gobernado por los faraones, aunque obsesionados con lo que había más allá de la muerte, disfrutaban mucho de la vida, a la mínima montaban una fiesta de padre y muy señor mio, eran abiertos, afables, amistosos y unos romanticones sin remedio.

Esto me vale para dar paso a comentar un simple trozo de una estatua, que seguramente, vista en su totalidad pasaría totalmente desapercibido, pero sólo nos ha llegado hasta hoy una pequeña muestra.
Corresponden a las manos de Akenatón y Nefertiti, ambos con mucho cartel en aquella época y cuya fama ha llegado hasta nuestro días.
Él, ungido por Amón como Amenhotep IV, décimo faraón de la XVIII dinastía, reformador religioso, padre de Tutankamón...Y NO ERA MARCIANO.
Ella, Gran Esposa Real del faraón anteriormente citado, famosa por su belleza y su poder, llegando incluso a gobernar juntos, algo rarísimo.

Akenatón al poco tiempo de reinar acomete una reforma sin precedentes en Egipto, proclama a Atón (el disco solar) como único dios molón, al único dios al que adorar, prohíbe el culto a Amón y el resto de dioses del panteón, cierra templos por doquier, quita las riquezas al clero, que eran muchas, se las queda el Estado y empieza la construcción de una nueva capital a medio camino entre Tebas y Menfis, las dos ciudades más importantes de la época, Ajetatón, hoy conocida como Amarna, el nombre árabe del lugar.
Esta revolución no es sólo religiosa, también lo es cultural, a este periodo se le llama Periodo Amarniense. Entre los cambios en esta época que dura unos 25 años, está la pintura y la escultura, pasando de esas representaciones hieráticas y perfectas, a unas efigies que muestran a las personas de una manera mucho más natural, incluso a la familia real, con barriguilla, celulitis, cuerpos castigados por el paso de los años y deformidades que pudieran tener. 
En algunas representaciones de Akenatón, en vez de un humano, parece que esté representado alguien de otro planeta, y es que en una primera etapa los rasgos se exageraban hasta el punto de parecer caricaturas, pero con el tiempo se suavizan las formas y se crean auténticas maravillas, como el famoso busto de Nefertiti.

La pareja estaba muy unida y no dudaban en hacerse representar infinidad de veces juntos compartiendo momentos familiaresjugando con sus hijas o incluso en el entierro de una de ellas. Esto no se había visto nunca antes.
Y ahora llegamos al principio del fin, esta fotografía muestra todo de lo que hemos hablado más arriba, la revolución cultural en forma de ese detalle y naturalidad sin precedentes y la unión de esta pareja para la eternidad.

La pieza se encuentra ahora mismo en el Ashmolean Museum de Oxford, su casa es el Museo Egipcio de Berlín.


Notas:
La fotografía procede de este blog y esa es su cuenta de tuiter
La idea de la entrada la he sacado de Hyeroglyphica

Para Paola.

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