El panteón de dioses del Antiguo Egipto es enorme y bastante complicado de entender, si exceptuamos a los primeras espadas. Quizá por esto es tan atractivo a nuestros ojos.
Había infinidad de dioses locales que en un sitio eran los protectores o dioses de lo que fuera, y en el otro nomo (provincia/distrito) de al lado actuaban de manera diferente, además que a lo largo de la historia evolucionaban, no tenían siempre las mismas características.
Para colmo está el problema de los nombres, según a que libros eches mano encontraras sus nombres en su forma egipcia o en su forma greco-latina, como por ejemplo Anuket ó Anukis.
Papiro de Ani. Socar, como halcón momificado, portando la heqa, la nekhakha (mayal) y llevando en la cabeza la corona Atef, relacionada con Osiris y que ayudaba a renacer al difunto. |