En un pueblo como el romano concebido gracias a la guerra y que su mera existencia era por y para la guerra, los espectáculos para el disfrute del personal tenían que ser violentos, grandiosos y novedosos.
Todos hemos oído hablar de las que se montaban en el Circo Máximo o en el Coliseo, por hablar de los lugares más importantes de Roma. El estado iba a la bancarrota cada vez que organizaba uno de estos ludis, pero el mantener al pueblo contento y evitar jaleos tenía este precio. Se pasaron de juegos que apenas duraban 2 ó 3 días a más de 200 en una auténtica orgía de sangre, con miles de gladiadores en danza, ejércitos profesionales representando batallas históricas, condenados a muerte en espectáculos grotescos de hechos históricos que como no, acaban con la muerte del reo de la manera más increíble, e innumerables animales, muchos de ellos jamás vistos en la ciudad del Tíber.
Sin lugar a dudas uno de los espectáculos que más agradaban al populacho, equites, nobles, senadores y al mismo emperador eran la naumaquias, o lo que es lo mismo, la representación de combates navales tierra adentro, ya fuera inundado el anfiteatro de turno, excavando un lago artificial o aprovechando una laguna natural y por supuesto costaban auténticas fortunas, sólo se representaban con motivo de alguna celebración muy especial.
El primero en introducir estos espectáculos en Roma fue Julio César allá por el 46 a. C., aparte de ser un muy brillante militar sabía como ganarse al pueblo, lo hizo celebrando el cuádruple triunfo, Galia, Egipto, Numidia y Bósforo, ofreció unos espectáculos grandiosos que incluyeron naumaquias en un lago construido para la ocasión en el Campo de Marte, ni que decir tiene que la gente quedó impresionada. Dieciséis galeras, cuatro mil remeros y dos mil soldados se liaron a palos.
A Augusto le gustaban estos barros y también ofreció naumaquias 44 años después, pero deberían de ser más grandes que las de César, así que se construyó al lado del Tiber un espacio de 550 metros de largo y 360 de ancho y gradas de mármol para el espectador, aquí ya se vieron luchando a birremes y trirremes recreando al batalla de Salamina, vamos, el no va más.
Sin embargo la más grande de la que tenemos constancia fue ofrecida por Claudio en el 52 a. C. con motivo de la construcción de un túnel de drenaje en el lago Fucino. Este lago se encontraba a 75 kilómetros de Roma (se desecó en 1.875), no tenía desagüe natural y en primavera cuando el nivel crecía inundaba todo alrededor, así que decidieron horadar en la roca un túnel de ocho kilómetros que llegaba hasta el río Litis a través del monte Salviano, tardaron once años y trabajaron treinta mil hombres y es una de las obras de ingeniería más grandes y costosas del Imperio Romano
La naumaquia se hizo en el mismo lago, 24 trirremes, 26 birremes, un número indeterminado de cuatrirremes y demás barcos de guerra hasta completar 100 naves, se dividieron en dos flotas de 50 naves cada una, 19.000 criminales en total (ojo al dato), la mayoría condenados a muerte y comandadas por dos famosos gladiadores. Se representaba una batalla naval entre rodenses y sicilianos, todos ataviados al uso.
Por supuesto una parte muy importante de este espectáculo era la seguridad, no cuesta mucho imaginar a 19.000 personas sin nada que perder volviéndose contra el público y haciendo un picadillo de carne fresca, por lo tanto se tomaron unas fuertes medidas. Todo el perímetro del lago estaba tomado por soldados elegidos para tal fin, como era tan grande se acotó mediante balsas un sector dentro del cual tendría lugar la acción, en estas balsas estaban instaladas varias cohortes de la Guardia Pretoriana y catapultas incendiarias para llegado el caso hundir las naves. En tierra se encontraban varios destacamentos de caballería detrás de la familia imperial, por si acaso.
El lago estaba entre montes formando un anfiteatro natural en el cual se dieron cita 500.000 personas venidas de los alredores y de la misma Roma, era la locura, para que os hagáis una idea de lo que esto suponía para el pueblo. Se montaron unas carpas a modo de hospital militar para intentar salvar la vida y curar las heridas de los combatientes, ya que con tanto espectáculo hacían falta reos y había que salvar a los que se pudieran, bien, se tuvieron que atender a 15 mujeres que dieron a luz durante el show.
Una vez todo el mundo estuvo en su sitio dio comienzo el programa de festejos, la señal de comienzo fue hecha por un tritón de plata que surgió en medio del lago tocando una trompeta, no puedo siquiera imaginar como lo hicieron pero me lo creo, además lo describe Tácito, que creo merece algo de veracidad.
Suetonio cuenta que antes de dar comienzo la batalla, los naumachiarii (combatientes en naumaquias) de las naves capitanas saludaron al emperador Claudio con este saludo: "Morituri te salutan" una frase que posteriormente se hizo famosa y que aquí fue la primera vez donde se dijo, no en la arena de un circo y por gladiadores. A este saludo Claudio respondió "De vosotros depende" dando a entender que a los que lucharan con bravura se les perdonaría la vida, la replica de los marineritos fue de risa "Buen César, si depende de nosotros, preferiríamos no luchar", dicho esto las dos flotas navegaron juntas y felicitándose unos a otros en plan Vacaciones en el Mar.
El bueno de Claudio (recordar que era cojo por la polio, era tartamudo y tenía arranques de locura, pero era más listo que el hambre) bajó del estrado con su armadura dorada y se encaro con los combatientes ¡¡el mismo emperador!! invocando a las Furias y provocando la risa del personal, amenazó que si no combatían daría orden de hundir todos los barcos y que de allí no saldría vivo ni el apuntador. Los reos se lo pensaron mejor, era mejor combatir y luchar por que les perdonasen la vida si lo hacían bien, a morir sin opción alguna.
Ahora si, empezaba la escabechina. Quizá esta fue la única Naumaquia que más se pareció a un combate en mar abierto debido al tamaño del lago, en el resto no podrían las naves más que estar quietas y esperar al asalto de tropas terrestres.
Se vieron auténticas maniobras navales de la época, que habían cambiado muy poco desde los griegos, auténticos maestros en estas lides. Por ejemplo el ensartar a la nave enemiga con el espolón de proa, maniobra muy comprometida y difícil, se intentaba meter el espolón en el costado de la nave rival y ciar (remar hacía atrás) en el mismo ángulo de entrada para abrir una vía de agua y que se fuera al fondo, si el espolón no se podía sacar, se dejaba caer el "corvus" (invento romano para hacer un combate terrestre en el mar) en la cubierta del barco enemigo, esto tenía dos causas, los dos barcos quedaban unidos y a la vez servía de puente para que las tropas terrestres intentaran el abordaje.
Tampoco podía faltar la más salvaje de todas, que eran reventar, literalmente, a los remeros, esto se hacía pasando al lado de la nave enemiga y golpeando los remos, estos, al pasar la nave por encima iban hacía atrás y mataban a los remeros del golpe, o directamente los rompían. También era difícil pero si tenia éxito dejaba a merced del rival la nave con varios bancos de remos inutilizables, una nave sin remeros era ingobernable.
La batalla duro desde las diez de la mañana hasta las tres de la tarde y por supuesto fue todo un espectáculo, Tácito, de nuevo, dice "A pesar de ser un combate entre malhechores se desarrolló con espíritu de hombres valientes". Ganaron los sicilianos, hubo alrededor de 6.000 muertos y la gente y el emperador quedaron tan complacidos con lo visto que al resto se le perdonó la vida, menos a las tripulaciones de tres galeras de Rodas y seis galeras sicilianas por falta de "espíritu combativo", se hicieron el longui quedándose amagados a un lado y pensaron que no se iban a dar cuenta.
Hay que hacer un esfuerzo bastante grande para imaginarse el despliegue técnico y humano para poder realizar este tipo de eventos, creo que en la actualidad no hay nada que le llegue a la altura de la suela de los zapatos. Solo el hecho de transportar 100 naves desde el mar por tierra firme hasta el lago es increíble, más luego organiza a 19.000 reos para la batallita, vestuario, armas, ejército desplegado, etc...lo dicho, una pasada.
Todos hemos oído hablar de las que se montaban en el Circo Máximo o en el Coliseo, por hablar de los lugares más importantes de Roma. El estado iba a la bancarrota cada vez que organizaba uno de estos ludis, pero el mantener al pueblo contento y evitar jaleos tenía este precio. Se pasaron de juegos que apenas duraban 2 ó 3 días a más de 200 en una auténtica orgía de sangre, con miles de gladiadores en danza, ejércitos profesionales representando batallas históricas, condenados a muerte en espectáculos grotescos de hechos históricos que como no, acaban con la muerte del reo de la manera más increíble, e innumerables animales, muchos de ellos jamás vistos en la ciudad del Tíber.
Sin lugar a dudas uno de los espectáculos que más agradaban al populacho, equites, nobles, senadores y al mismo emperador eran la naumaquias, o lo que es lo mismo, la representación de combates navales tierra adentro, ya fuera inundado el anfiteatro de turno, excavando un lago artificial o aprovechando una laguna natural y por supuesto costaban auténticas fortunas, sólo se representaban con motivo de alguna celebración muy especial.
El primero en introducir estos espectáculos en Roma fue Julio César allá por el 46 a. C., aparte de ser un muy brillante militar sabía como ganarse al pueblo, lo hizo celebrando el cuádruple triunfo, Galia, Egipto, Numidia y Bósforo, ofreció unos espectáculos grandiosos que incluyeron naumaquias en un lago construido para la ocasión en el Campo de Marte, ni que decir tiene que la gente quedó impresionada. Dieciséis galeras, cuatro mil remeros y dos mil soldados se liaron a palos.
A Augusto le gustaban estos barros y también ofreció naumaquias 44 años después, pero deberían de ser más grandes que las de César, así que se construyó al lado del Tiber un espacio de 550 metros de largo y 360 de ancho y gradas de mármol para el espectador, aquí ya se vieron luchando a birremes y trirremes recreando al batalla de Salamina, vamos, el no va más.
Sin embargo la más grande de la que tenemos constancia fue ofrecida por Claudio en el 52 a. C. con motivo de la construcción de un túnel de drenaje en el lago Fucino. Este lago se encontraba a 75 kilómetros de Roma (se desecó en 1.875), no tenía desagüe natural y en primavera cuando el nivel crecía inundaba todo alrededor, así que decidieron horadar en la roca un túnel de ocho kilómetros que llegaba hasta el río Litis a través del monte Salviano, tardaron once años y trabajaron treinta mil hombres y es una de las obras de ingeniería más grandes y costosas del Imperio Romano
La naumaquia se hizo en el mismo lago, 24 trirremes, 26 birremes, un número indeterminado de cuatrirremes y demás barcos de guerra hasta completar 100 naves, se dividieron en dos flotas de 50 naves cada una, 19.000 criminales en total (ojo al dato), la mayoría condenados a muerte y comandadas por dos famosos gladiadores. Se representaba una batalla naval entre rodenses y sicilianos, todos ataviados al uso.
Por supuesto una parte muy importante de este espectáculo era la seguridad, no cuesta mucho imaginar a 19.000 personas sin nada que perder volviéndose contra el público y haciendo un picadillo de carne fresca, por lo tanto se tomaron unas fuertes medidas. Todo el perímetro del lago estaba tomado por soldados elegidos para tal fin, como era tan grande se acotó mediante balsas un sector dentro del cual tendría lugar la acción, en estas balsas estaban instaladas varias cohortes de la Guardia Pretoriana y catapultas incendiarias para llegado el caso hundir las naves. En tierra se encontraban varios destacamentos de caballería detrás de la familia imperial, por si acaso.
El lago estaba entre montes formando un anfiteatro natural en el cual se dieron cita 500.000 personas venidas de los alredores y de la misma Roma, era la locura, para que os hagáis una idea de lo que esto suponía para el pueblo. Se montaron unas carpas a modo de hospital militar para intentar salvar la vida y curar las heridas de los combatientes, ya que con tanto espectáculo hacían falta reos y había que salvar a los que se pudieran, bien, se tuvieron que atender a 15 mujeres que dieron a luz durante el show.
Una vez todo el mundo estuvo en su sitio dio comienzo el programa de festejos, la señal de comienzo fue hecha por un tritón de plata que surgió en medio del lago tocando una trompeta, no puedo siquiera imaginar como lo hicieron pero me lo creo, además lo describe Tácito, que creo merece algo de veracidad.
Suetonio cuenta que antes de dar comienzo la batalla, los naumachiarii (combatientes en naumaquias) de las naves capitanas saludaron al emperador Claudio con este saludo: "Morituri te salutan" una frase que posteriormente se hizo famosa y que aquí fue la primera vez donde se dijo, no en la arena de un circo y por gladiadores. A este saludo Claudio respondió "De vosotros depende" dando a entender que a los que lucharan con bravura se les perdonaría la vida, la replica de los marineritos fue de risa "Buen César, si depende de nosotros, preferiríamos no luchar", dicho esto las dos flotas navegaron juntas y felicitándose unos a otros en plan Vacaciones en el Mar.
El bueno de Claudio (recordar que era cojo por la polio, era tartamudo y tenía arranques de locura, pero era más listo que el hambre) bajó del estrado con su armadura dorada y se encaro con los combatientes ¡¡el mismo emperador!! invocando a las Furias y provocando la risa del personal, amenazó que si no combatían daría orden de hundir todos los barcos y que de allí no saldría vivo ni el apuntador. Los reos se lo pensaron mejor, era mejor combatir y luchar por que les perdonasen la vida si lo hacían bien, a morir sin opción alguna.
Ahora si, empezaba la escabechina. Quizá esta fue la única Naumaquia que más se pareció a un combate en mar abierto debido al tamaño del lago, en el resto no podrían las naves más que estar quietas y esperar al asalto de tropas terrestres.
Se vieron auténticas maniobras navales de la época, que habían cambiado muy poco desde los griegos, auténticos maestros en estas lides. Por ejemplo el ensartar a la nave enemiga con el espolón de proa, maniobra muy comprometida y difícil, se intentaba meter el espolón en el costado de la nave rival y ciar (remar hacía atrás) en el mismo ángulo de entrada para abrir una vía de agua y que se fuera al fondo, si el espolón no se podía sacar, se dejaba caer el "corvus" (invento romano para hacer un combate terrestre en el mar) en la cubierta del barco enemigo, esto tenía dos causas, los dos barcos quedaban unidos y a la vez servía de puente para que las tropas terrestres intentaran el abordaje.
Tampoco podía faltar la más salvaje de todas, que eran reventar, literalmente, a los remeros, esto se hacía pasando al lado de la nave enemiga y golpeando los remos, estos, al pasar la nave por encima iban hacía atrás y mataban a los remeros del golpe, o directamente los rompían. También era difícil pero si tenia éxito dejaba a merced del rival la nave con varios bancos de remos inutilizables, una nave sin remeros era ingobernable.
La batalla duro desde las diez de la mañana hasta las tres de la tarde y por supuesto fue todo un espectáculo, Tácito, de nuevo, dice "A pesar de ser un combate entre malhechores se desarrolló con espíritu de hombres valientes". Ganaron los sicilianos, hubo alrededor de 6.000 muertos y la gente y el emperador quedaron tan complacidos con lo visto que al resto se le perdonó la vida, menos a las tripulaciones de tres galeras de Rodas y seis galeras sicilianas por falta de "espíritu combativo", se hicieron el longui quedándose amagados a un lado y pensaron que no se iban a dar cuenta.
Hay que hacer un esfuerzo bastante grande para imaginarse el despliegue técnico y humano para poder realizar este tipo de eventos, creo que en la actualidad no hay nada que le llegue a la altura de la suela de los zapatos. Solo el hecho de transportar 100 naves desde el mar por tierra firme hasta el lago es increíble, más luego organiza a 19.000 reos para la batallita, vestuario, armas, ejército desplegado, etc...lo dicho, una pasada.
Joer macho con los romanos!!
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